La biblioteca existe como un universo en el que las comunidades Chicana/o/x y Latinx en general son vistas, escuchadas y empoderadas para cambiar y crear nuevas narrativas. Los estudiantes construyeron la Biblioteca de Estudios Chicanos en apoyo de sus propias comunidades. Estudiantes, activistas y académicos colaboraron con los trabajadores de la biblioteca e incluso se convirtieron ellos mismos en trabajadores de la biblioteca para mantenerla en funcionamiento. Parte de la misión de la biblioteca era preservar y hacer que el conocimiento Chicana/o/x estuviera disponible en el futuro. La ex-directora de la Oficina para la Diversidad de la Asociación Americana de Bibliotecas, Sandra Ríos Balderrama, transmitió el sentimiento de muchos otros estudiantes trabajadores cuando describió su trabajo en la biblioteca como un trabajo sagrado. "Digo que es un trabajo sagrado porque son nuestras historias... esos libros, esos materiales, esos carteles, reflejan el espíritu de nuestros antepasados". Los estudiantes sentían una conexión con la biblioteca que iba más allá de sus paredes o de los materiales que albergaba. Además de crear una biblioteca, estaban creando una especie de hogar.

La biblioteca nunca fue sólo un lugar para la investigación, sino también un espacio seguro para los estudiantes que a veces se sentían solos en la universidad principalmente blanco. La trabajadora y estudiante Chela Ríos Muñoz recuerda: "Cuando llegué a Berkeley, había pocos estudiantes Chicanos o Latinos... Al entrar en el escuela, tenía la sensación de "¿Pertenezco a este lugar?". Una sensación de estar perdido y no necesariamente acogido. Ir a la Biblioteca de Estudios Chicanos, entrar y estar con otros Chicanos y Latinos y ver colecciones que nunca había visto antes, y sentirme aceptada y acogida y respetada, realmente significó una gran diferencia para mí..." En la Biblioteca de Estudios Chicanos, los estudiantes por fin tenían un lugar en la universidad donde se sentían seguros.

Para muchos, era la primera vez que entraban en una biblioteca construida para ellos, llena de materiales e historias centradas en las historias Chicana/o/xs desde una perspectiva chicana. En la biblioteca vieron carteles, obras de arte y periódicos orgullosamente expuestos que comunicaban temas e ideas que les importaban. Ríos Muñoz preguntó: "¿A qué otro lugar podrías ir para ver algún tipo de reflejo de ti mismo?". Ríos Balderrama expreso los mismos sentimientos de Ríos Muñoz. Al compartir sus recuerdos de trabajo en la biblioteca, recordó que "era principalmente una biblioteca, pero también era un lugar donde podíamos reunirnos, que sabíamos que era seguro. Era un lugar que nos reafirmaba. Esta fue una gran influencia para mí; el hecho de que una biblioteca estaba dedicada y comprometida a preservar y difundir la historia de los chicanos. El hecho de que existiera este tipo de biblioteca era tan inusual. Era un lugar donde a través de los libros, a través de las exposiciones, se nos veía".

Una de las muchas comunidades que encontraron un hogar en la biblioteca fue la de las mujeres. Aunque las mujeres contribuyeron mucho a la lucha por la justicia social en la universidad y en la comunidad, a menudo se las excluía o se esperaba que se quedaran en casa con la familia. Siguiendo la tradición de la biblioteca, las mujeres se reunieron allí y crearon un espacio para sí mismas. Trabajadoras estudiantiles recuerdan que tenían una llave y abrían la biblioteca al atardecer para hacer reuniones con otras mujeres. Crearon grupos de mujeres activistas, como Mujeres del Movimiento. Purita Mesa, una trabajadora estudiantil, se recuerda haber formado parte de es grupo: "Creo que hicimos Mujeres del Movimiento porque había un movimiento de mujeres al mismo tiempo. Éramos bastante poderosas e inteligentes y queríamos posicionarnos. Algunos de los hombres de la universidad no nos veían así y creo que ese fue el impulso... hacer las cosas por nosotras mismas... No solo perseguíamos cosas intelectuales y ayudábamos a la comunidad, sino que intimábamos mucho entre nosotras como mujeres. Era muy importante salir de nuestro entorno y estar solas y pasar ese tiempo juntas".

Ciertos miembros del personal de la biblioteca reconocieron que las voces de las mujeres estaban infrarrepresentadas en las colecciones de la biblioteca y en la escuela. Apoyaron los esfuerzos para abordar estas ausencias y proporcionaron importantes vías de expresión y afirmación. La biblioteca patrocinó el Simposio Educación en Luz, un encuentro interdisciplinario organizado por Mujeres del Movimiento. El simposio, en el que participaron las autoras Chicanas Anna Nieto-Gómez y Concha Salcedo, fue una oportunidad para que las académicas Chicanas y Latinas compartieran ideas y se relacionaran. Otro proyecto que surgió a raíz de que las Chicanas tuvieran un espacio en la biblioteca fue la Bibliografía de Escritos sobre la Mujer.

La biblioteca apoyaron este esfuerzo y publicaron la Bibliografía de escritos sobre la Mujer en 1976, la primera bibliografía de este tipo. Ríos Baldarrama recuerda que después de terminar su trabajo en el Bibliografía Completa sobre La Chicana, un compañero del trabajo, encontró una revisión no publicada de la Bibliografía de Escritos sobre la Mujer, y se quejó de que la bibliografía no contenía una sección sobre La Familia. Ríos Baldarrama explicó que las mujeres que estaban detrás del proyecto querían centrarse en otras cosas que les importaban, como el lesbianismo Chicana y el trabajo obrero de la mujer Chicana. La biblioteca cultivó un ambiente en el que las jóvenes que trabajaban en proyectos en la biblioteca se sentían empoderadas para completarlos en sus propios términos.

Además de crear un espacio para la organización estudiantil y las reuniones sociales, la biblioteca también fomentó programas culturales únicos. La biblioteca organizó eventos con importantes voces de la comunidad chicana, como el activista y intelectual académico Ernesto Galarza y llevó Aspectos de la Literatura Chicana, una exposición de literatura Chicana/o/x, a la biblioteca principal en UC Berkeley. La Biblioteca de Estudios Chicanos compró y coleccionó obras de arte de artistas locales y también les proporcionó un lugar de exposición: un recurso esencial para los artistas emergentes. La biblioteca creó no sólo un lugar, sino una plataforma para celebrar la cultura y el patrimonio Chicana/o/x que enalteció a la comunidad para que todo el mundo lo viera.

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